Todos conocemos ya a Ignacio Chivite. Tiene 46 años, y su compañera de viaje nada menos que 33. Es una Bultaco Frontera 370 del año 1978, una moto clásica. "Es la moto con la que yo empecé a hacer enduro y motocross cuando tenía 16 años", la presentaba el piloto el día en que ambos llegaron a la Rural, el epicentro del Dakar, en Buenos Aires. "Tengo que cambiar el chip y concienciarme de que vengo aquí a cuidar a la moto, no ella a cuidarme a mí".
La madrugada del viernes Chivite no pudo cumplir su promesa. Y tuvo que dejar tirada en medio del desierto a su Bultaco. Le faltaban todavía más de 120 km para terminar la especial cronometrada, que debía acabar a las faldas de una gigantesca duna, a escasos metros de donde se situa el campamento y adonde siguieron llegando participantes y más participantes hasta el día siguiente al mediodia.
A prepararse para el año que viene haber si hay más suerte.
Fuente: http://www.elpais.com/
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